martes, 6 de mayo de 2014

el conflicto, en la ruta hacia el Poder..




Para trascender, en democracia, y llegar al Poder desde el Poder o desde la oposición,  se requiere de un plan, básico, diseñado e integrado por un conjunto de políticas, publicas, elaboradas a partir de las conclusiones redactadas en el contexto del estudio y análisis del conflicto, y del drama, social en una coyuntura dada y especifica.

De no existir el conflicto o el drama social adverso y a salvar, se hace necesario e impostergable, por demás, potencializar y/o crear sus condiciones o a este, el conflicto o el drama. Sin drama o conflicto social no se avanza hacia la conquista del Poder. El conflicto social es el motor del desarrollo, desde cualesquier perspectiva.

En ese contexto se hace urgente ir en la búsqueda de los sectores y las distintas fuerzas sociales (del mercado, culturales, religiosas, sociales, políticas y militares) con miras a articular, con ellos, una alianza estratégica hacia la búsqueda de respuestas y soluciones de cara a concretizar, desde y el Poder buscado.

El involucramiento de estas fuerzas sociales, a partir de una propuesta de nación, centrada en valores, preceptos y principios patrios, es un imperativo, y una ley social necesaria para alcanzar y ejercer el Poder, y hacia el estadio  del desarrollo, el progreso y el bienestar holístico.

Llevar, e instalar una fuerza política en el Poder es una consecuencia, un resultado corporativo de procesos históricos y de una construcción abierta y participativa. En ese orden se requiere de la convivencia y la articulación de una conjunción, nueva, de intereses frente a una vieja unión de estos, intereses por demás.

Hoy más que ayer se hace necesario entender que caminar e ir en busca del Poder es, si se quiere, plantear una ruptura, una evolución, de cara al pasado inmediato y al presente.

Se requiere, por demás, para ir en la dirección deseada, identificar los principales nudos gordianos que obstruyen y nos separan del estadio del desarrollo, del bienestar social y del progreso colectivo e individual.

En ese contexto y de cara a comprometer las fuerzas necesarias para superar el conflicto social nos compete identificar los principales problemas que nos distancian del estadio del desarrollo, y que son a saber, entre otros no de menor importancia los siguientes:

a)      Régimen burocrático debilitado por su propia rigidez (políticas publicas tardías y escasa rotación burocrática) en el contexto de una sociedad abierta,  y decidida a reclamar mayores niveles de participación (de decisión, control y supervisión)  y de transparencia en la conducción de los destinos nacionales;

b)      Problemas fiscales (altas tasas impositivas, y de erosión tributaria) en el contexto de un sector publico con una carga burocrática percibida como grande e ineficiente;

c)      Descontento social (atizado por altos niveles de  inseguridad ciudadana, jurídica, patrimonial y de mercado, y agravado por  el crimen, el sicariato, el narcotráfico y unas fuerzas armadas salpicadas y penetradas por el crimen organizado)..
d)      Alza de precios en los derivados del petróleo (permanente y continua) y  en los productos de la canasta familiar, en el contexto de un sistema salarial deprimido..

e)      Desplazamiento social, hacia abajo, de la clase burguesa, pequeña burguesía  y desaparición de la clase media, y recrudecimiento de la pobreza en los sectores sociales de menores y escasos ingresos..

f)       Ausencia de políticas publicas destinadas a reducir los factores del costo de producción, de los bienes y servicios que genera el mercado interno..

g)      Carencia de un programa nacional para asegurar mercados a la producción nacional,

h)       Falta de un plan de titulación de la propiedad privada, entre otros…

Las fuerzas democráticas, partidarias, históricamente, han erigido un modelo de revelo político centrado en el drama, en el conflicto a superar. En este esquema esta ausente, por demás, el diseño de una filosofía y un conjunto de políticas publicas centradas en la generación de riqueza y empleos productivos, en reducir el costo de los factores de los bienes y servicios del mercado, y en garantizar la tan anhelada paz y seguridad ciudadana, jurídica, patrimonial en sentido general.

Vivimos en y una democracia de eslogan; “e pa’ fuera que van”, “llego Papa”,  “el nuevo camino”, “los come solos”, “Balaguer es la paz”, “primero la gente”.

Bajo este modelo se pierde el Poder cuando el pasivo, acumulado por demás, de los gobernantes es superior al precario activo.

En este contexto el drama de las finanzas publicas pauta la tendencia a seguir. Se pierde o se gana por el mal o buen manejo de las finanzas publicas.

Cuando el aparato del Estado, gobierno, crece y se hace grande e ineficiente se inicia el derrotero y deterioro progresivo del buen gobierno, causas por demás de la erosión del Poder y la perdida de empatía y sintonía con los ciudadanos.

Nos olvidamos, entonces, que el pueblo es Soberano y dueño de la decisión, del cambio de modelo.

Volveremos,





Miguel Ángel Severino
Escritor y poeta..





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