Perspectiva
teórica
Los
pensadores, en pleno siglo xxi, seguimos
siendo presos del modelo de pensamiento, el pensar, la estructura y la
organización temática y el producto terminado de los pensadores clásicos en lo
que concierne al tema de la riqueza holística. Hemos aportado muy poco a la
teoría del mercado, de la producción de bienes y servicios, del costo de los
factores de producción, y de la generación de riquezas y empleos productivos.
De igual
manera las finanzas públicas, la política fiscal y tributaria, la política
monetaria y bancentraliana, los sistemas
de gestión administrativas y la teoría del costo, entre otros ejes temáticos,
no han experimentados cambios y avances, significativos, durante los últimos
tres siglos.
El mercado y
la producción de bienes y servicios siguen servidos por una decadente y sesgada
los economistas, la teoría económica y la propia ciencia de la economía.
Desde el
1969 el mundo es testigo de la instauración del premio nobel de la economía sin
que hasta ahora los ganadores y sus trabajos hayan aportados soluciones para
enfrentar, de manera exitosa, los retos y desafíos del mercado en el marco de
las sucesivas crisis financieras y “económicas”, año tras años, en todo los
países.
La ciencia
de la economía y los economistas han quedado atrapados en una torre de babel.
El mundo
empresarial, las finanzas, el mercado, la generación de riquezas y empleos
productivos, y la rentabilidad de los negocios sufren con rigor, cada día, la
ausencia de un marco teórico y de una nueva ciencia capaces de dar al traste
con el drama de la crisis permanentes que afectan al comercio local, y mundial
respectivamente.
El actual
modelo de finanzas públicas, implementado desde el origen del Estado, desajusta
el mercado, a la vez que nos aleja del estadio del desarrollo, del progreso y
del bienestar social colectivo en tanto contribuye, a imponer, vía la política
fiscal y monetaria, un modelo y una estructura de costos que afecta el capital
de trabajo, la rentabilidad de las empresas, de los agentes productivos, el
comercio y del mercado en sentido general.
Esta
perspectiva histórica, en el contexto de la teoría económica, es la que nos
motiva a escudriñar el pensamiento de los filósofos, cientistas y teóricos, y,
sobre todo, aquellos economistas ganadores del premio nobel de la economía.
Con lo
anterior se procura arrojar luz a partir de un riguroso análisis en torno a la
política fiscal (tributaria, y presupuestaria) las políticas y teorías
monetarias, y financieras, las políticas bancentralianas, en el marco de las finanzas publicas.
Los
economistas y expertos en finanzas públicas no han podido reducir el costo de
los factores estratégicos de producción (dinero, energía, tributos).
De igual
manera la ciencia, los economistas y los articuladores de políticas públicas no
han podido enfrentar, con éxitos, el problema de la carencia de titulación de
la propiedad, la falta de seguro agropecuario, la inseguridad ciudadana, jurídica,
patrimonial y de mercado los cuales son partes de los altos riesgos que inciden
en el costo del dinero, y en otros gastos administrativos que se suman a la
cadena de la ineficiencia gerencial de la producción, y comercialización de los
bienes y servicios en sentido general.
Contexto
de la economía (ciencia)
No vamos a hurgar en el origen de la economía
como ciencia, ni creemos necesario dar mas crédito, que lo justo, a las
estadísticas de la producción, y al análisis estadístico per se. Sin embargo
vamos, en el contexto de los subsiguientes artículos, a tratar la doctrina y
toda la teoría económica, los economistas y sus “aportes”, así como ver y desglosar las distintas
definiciones sobre la economía, poniendo énfasis en su objeto y los objetivos
que cumple como disciplina.
Como parte de los propósitos del presente
trabajo nos compete establecer la asimetría existente entre el objeto de estudio
de la economía, como ciencia, y los objetivos deseados que la misma persigue.
Aquí hay distracciones teóricas que han sido pasadas por alto de manera
inexplicable, a nuestro juicio, las cuales nos comprometemos abordar de manera
categorica.
Por igual daremos un paseo, histórico, por el
pensamiento de los mas destacados economistas y sobre todos aquellos ganadores
del premio nobel de economía desde el 1969.
Existe una debilidad institucional en las
ciencias sociales (administración, economía, estadística, y contabilidad) en
torno a la codificación patrimonial, sectorial, del mercado con miras a
instituir un real sistema administrativo de estadísticas confiables. Este uno
de los grandes sesgos que afecta a todos los procesos (sistemas)
administrativos de planificación, presupuestario, de control, tributario, y de
costos entre otros.
El mundo actual sufre los rigores de una crisis
financiera, económica, de mercado, que trasciende el marco teórico de los
articuladores de políticas en el ámbito de las finanzas públicas.
La ciencia de la economía no ha podido dar al
traste con la crisis. Todas las propuestas y soluciones han sido parciales,
coyunturales y pasajeras. No han atacado la raíz del problema.
Los gobiernos son presos de remiendos fiscales,
monetarios, heredados por la doctrina, la teoría económica, la economía y los
economistas responsables del diseño de
las políticas y los modelos de finanzas públicas desde el origen del Estado
moderno.
Desde los economistas de la escuela de
Salamanca, los mercantilistas, los clásicos, los modernos, hasta llegar a
nuestros haremos un recorrido histórico de las principales escuelas y del
pensamiento económico para contextualizar las diversas corrientes y opiniones
que dominan el escenario de las políticas públicas de los gobiernos a la altura
de la primera década del siglo xxi.
Este es un desafío que quiero compartir con los
estudiosos y cientistas del mundo actual que de una manera somos responsables
del atraso que presenta el estadio del desarrollo. Este atraso ha sido fruto de
un conjunto de medidas heredadas cuando no tomadas prestadas a los pensadores
del pasado para ser aplicada a y en una sociedad diez, cinco y hasta tres
siglos después.
El mundo científico y filosófico presenta un
retraso y atraso en materia de las ciencias del mercado, responsable de la
generación de riquezas y empleos productivos orientadas a satisfacer las
crecientes necesidades (complejas) humanas y sociales de las generaciones y las
sociedades de inicio del siglo xxi.
Los gobiernos, las empresas y los agentes
productivos requieren y nos exigen la construcción de una plataforma teórica
que de al traste con las soluciones a la presente crisis que afecta a los mercados y al comercio en sentido general.
De mi parte el presente desafío es una oportunidad
que hemos decidido aprovechar para aportar, desde nuestra perspectiva teórica,
un conjunto de propuestas orientadas a rebasar el estadio de crisis por el que
atraviesa el mundo intelectual de las ciencias y del mercado.
Continuaremos.
miguel ángel severino rodríguez
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