Para trascender, en democracia, y llegar al
Poder desde el Poder o desde la oposición, se requiere de un plan,
básico, diseñado e integrado por un conjunto de políticas, publicas, elaboradas
a partir de las conclusiones redactadas en el contexto del estudio y análisis
del conflicto, y del drama, social en una coyuntura dada y especifica.
De no existir el conflicto o el drama
social adverso y a salvar, se hace necesario e impostergable, por demás,
potencializar y/o crear sus condiciones o a este, el conflicto o el drama. Sin
drama o conflicto social no se avanza hacia la conquista del Poder. El
conflicto social es el motor del desarrollo, desde cualesquier perspectiva.
En ese contexto se hace urgente ir en la búsqueda
de los sectores y las distintas fuerzas sociales (del mercado, culturales,
religiosas, sociales, políticas y militares) con miras a articular, con ellos,
una alianza estratégica hacia la búsqueda de respuestas y soluciones de cara a
concretizar, desde y el Poder buscado.
El involucramiento de estas fuerzas
sociales, a partir de una propuesta de nación, centrada en valores, preceptos y
principios patrios, es un imperativo, y una ley social necesaria para alcanzar
y ejercer el Poder, y hacia el estadio del desarrollo, el progreso y el
bienestar holístico.
Llevar, e instalar una fuerza política en
el Poder es una consecuencia, un resultado corporativo de procesos históricos y
de una construcción abierta y participativa. En ese orden se requiere de la
convivencia y la articulación de una conjunción, nueva, de intereses frente a
una vieja unión de estos, intereses por demás.
Hoy más que ayer se hace necesario entender
que caminar e ir en busca del Poder es, si se quiere, plantear una ruptura, una
evolución, de cara al pasado inmediato y al presente.
Se requiere, por demás, para ir en la
dirección deseada, identificar los principales nudos gordianos que obstruyen y
nos separan del estadio del desarrollo, del bienestar social y del progreso
colectivo e individual.
En ese contexto y de cara a comprometer las
fuerzas necesarias para superar el conflicto social nos compete identificar los
principales problemas que nos distancian del estadio del desarrollo, y que son
a saber, entre otros no de menor importancia los siguientes:
a) Régimen
burocrático debilitado por su propia rigidez (políticas publicas tardías y escasa
rotación burocrática) en el contexto de una sociedad abierta, y decidida
a reclamar mayores niveles de participación (de decisión, control y
supervisión) y de transparencia en la conducción de los destinos
nacionales;
b) Problemas
fiscales (altas tasas impositivas, y de erosión tributaria) en el contexto de
un sector publico con una carga burocrática percibida como grande e ineficiente;
c)
Descontento social (atizado por altos niveles de inseguridad ciudadana,
jurídica, patrimonial y de mercado, y agravado por el crimen, el
sicariato, el narcotráfico y unas fuerzas armadas salpicadas y penetradas por
el crimen organizado)..
d) Alza de
precios en los derivados del petróleo (permanente y continua) y en los
productos de la canasta familiar, en el contexto de un sistema salarial
deprimido..
e)
Desplazamiento social, hacia abajo, de la clase burguesa, pequeña burguesía
y desaparición de la clase media, y recrudecimiento de la pobreza en los
sectores sociales de menores y escasos ingresos..
f)
Ausencia de políticas publicas destinadas a reducir los factores del costo de
producción, de los bienes y servicios que genera el mercado interno..
g) Carencia
de un programa nacional para asegurar mercados a la producción nacional,
h)
Falta de un plan de titulación de la propiedad privada, entre otros…
Las fuerzas democráticas, partidarias,
históricamente, han erigido un modelo de revelo político centrado en el drama,
en el conflicto a superar. En este esquema esta ausente, por demás, el diseño
de una filosofía y un conjunto de políticas publicas centradas en la generación
de riqueza y empleos productivos, en reducir el costo de los factores de los
bienes y servicios del mercado, y en garantizar la tan anhelada paz y seguridad
ciudadana, jurídica, patrimonial en sentido general.
Vivimos en y una democracia de eslogan; “e
pa’ fuera que van”, “llego Papa”, “el nuevo camino”, “los come solos”,
“Balaguer es la paz”, “primero la gente”.
Bajo este modelo se pierde el Poder cuando
el pasivo, acumulado por demás, de los gobernantes es superior al precario
activo.
En este contexto el drama de las finanzas
publicas pauta la tendencia a seguir. Se pierde o se gana por el mal o buen
manejo de las finanzas publicas.
Cuando el aparato del Estado, gobierno,
crece y se hace grande e ineficiente se inicia el derrotero y deterioro
progresivo del buen gobierno, causas por demás de la erosión del Poder y la
perdida de empatía y sintonía con los ciudadanos.
Nos olvidamos, entonces, que el pueblo es
Soberano y dueño de la decisión, del cambio de modelo.
Volveremos,
Miguel Ángel
Severino
Escritor y poeta..
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