El Estado es una conjunción humana, y
por demás un acto social, político e institucional. Está conformado
por dos elementos esenciales y estratégicos a la vez: a) una agrupación humana, y b)
un territorio. Desde esta perspectiva, de origen, el Estado es una entidad
social, y por naturaleza de vocación socialista.
De los dos elementos esenciales, a
partir de los cuales se erige el Estado, el humano es, si se quiere, el factor, el objeto, el patrimonio y el principal
valor agregado. El ser humano es a la vez el actor, gerente, del Estado, del
gobierno y de sus organismos. El hombre es el arquitecto de la vida social,
política e institucional del propio Estado.
El Estado es una organización
política por excelencia, superior, regenteada por el gobierno, cuya finalidad operativa
es el bien público. El gobierno a su vez está constituido por gobernantes y
gobernados, sin que, a la fecha, exista un sistema, o proceso, integral
administrativo (social e institucional) que integre al ciudadano al Estado
desde el gobierno y al beneficio y
disfrute del activo del bien publico.
Desde esta perspectiva se observa un modelo
de Estado, gobierno, excluyente, por
naturaleza. El ciudadano queda fuera de
la estructura, -y del propio sistema funcional, decisional, gerencial y
operativo. Lo anterior se explica en el contexto de la enorme deuda social
contraída, pendiente de saldo, por parte
del Estado en términos de educación, salud, vivienda, infraestructura y calidad
de vida, entre otros.
El estadio social, humano, es un preso
común de la entropía y el propio modelo de gobierno, -y de gestión- que
ha excluido al hombre-pueblo del proceso de generación de riqueza y empleos
productivos, en adición a que ha impuesto, el Estado, un modelo de seguridad ciudadana fallido a
través de los siglos.
Sin bien es cierto que el Estado es
un acto, social, humano, y a la vez un concepto y una organización, superior,
política, no es menos que este no se puede valer por si mismo. Como explicar, entonces, que el Estado, aun en pleno siglo xxi, permanezca de espalda al actor, al activo, y
al socio social, político e institucional más
importante del gobierno y del propio Estado? Es indudable que el ciudadano ha sido abandonado
en su propio cause: el estadio del desarrollo y social corporativo del bien publico, y del bienestar
colectivo respectivamente.
El modelo democrático, de gestión pública,
y de gobierno del Estado moderno requieren de una reingeniería estructural,
funcional, gerencial, y operativa alrededor del bien público, del bienestar
social corporativo, de la dinámica del mercado (la generación de riquezas y
empleos productivos) y de la seguridad jurídica, ciudadana, social, política y
patrimonial respectivamente.
El estadio social, humano, del Estado constituye
una deuda por saldar, de parte del Estado, en favor del hombre y de la
sociedad.
Hoy, en pleno siglo xxi, el ciudadano sigue
siendo una, la, tragedia social en el,.. y del Estado. Las reivindicaciones
sociales, del primero, actor y socio -del Estado- en calidad de activo han sido
devaluadas. Hoy son parte del pasivo y del olvido burocrático de la gestión de
gobierno de y en un Estado negador de si mismo. El Estado derrocha, de manera
cruel, el patrimonio, del bien público, de su principal accionista: el hombre.
El Estado, erigido pragmático, es un
producto de la conjunción social humana. Resulta penoso, por decirlo de alguna
manera, que el estadio social del hombre haya sido, ..y este siendo socavado
por la carencia de seguridad ciudadana, jurídica, política y patrimonial.
Y si bien es cierto que el ciudadano es el
principal activo, el actor, el patrimonio de la cadena de valor de la propia
sociedad estatal, no es menos cierto que es un pecado, imperdonable por demás,
el hecho cierto de que el liderazgo político, partidario, de nuestra endeble
democracia, haya dejado en la bitácora, y en del olvido, los reclamos sociales del
hombre,.. centro y objeto primordial del estado indiferente del Estado.
La pobreza extrema, la delincuencia social,
jurídica y patrimonial y, sobre todo, la debilidad del Estado ante los
conflictos e intereses de un sector partidario (autoritario) y de la sociedad
que se yerguen por encima de los valores democráticos, son evidencias mas que
suficiente de que estamos ante una realidad que amerita de cambios desde una
nueva perspectiva estructural, -funcional, organizacional, operativa- en
procura de articular, diseñar e implementar un modelo de organizacional y de
gestión centrados en la generación de riqueza y empleos productivos, seguridad
ciudadana integral, y sobre todo garante
del bien publico como prefacio del bienestar social colectivo.
Es un imperativo de la época, de los actores
democráticos, -de la generación del talento-, abordar la temática del estadio
social del Estado desde y a partir del proceso de crecimiento y complejidad del
tejido organizacional de la cadena de valores institucionales de la propia
sociedad: la ciencia, la tecnología, la administración pública, el mercado, el
sector privado y los múltiples objetivos por cumplir de parte del propio
Estado.
No es menos cierto que el hombre es el centro del
universo y toda creación del hombre ha de ser un objeto, un instrumento, una
herramienta a favor de su propio destino: el bien publico, el bienestar social
colectivo, el progreso, el desarrollo de manera corporativa como valor agregado
y estadio social del Estado, el gobierno y la nación en sentido general y
particular.
El Estado en todos los países, a través de los gobiernos, y vía los mecanismos financieros
de tasas, tributos, impuestos, empréstitos, deuda externa e interna, bonos
soberanos, ha derrochado cientos de miles de millones de dólares, a través de
la historia, sin lograr colocar al hombre y a la sociedad en el prefacio del
estadio del desarrollo, del progreso y del bienestar colectivo consagrándose, a
la vez, como el principal actor del proceso creativo del bien publico.
Como explicar el hecho, cierto, de que la corrupción,
la delincuencia, y el narcotráfico son valores protegidos desde la cadena
administrativa de los gobiernos con la complicidad del Estado?
Vestidos de ética y moral
ciudadana la sociedad pide a grito y espera ansiosa por los cambios y una nueva
arquitectura del Estado, la cual triga consigo un nuevo modelo organizacional y
de gestión de gobierno centrados en el hombre: en el activo y el bien publico,..
desde el estadio social del desarrollo integral ciudadano.
Cuales son las debilidades
estructurales del Estado que nos distancian del estadio social del desarrollo?
Que modelo de Estado, de gobierno y de gestión erigir?- Continuaremos
Miguel Ángel Severino Rodríguez
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