lunes, 4 de agosto de 2014

no hay realidad mas hermosa que aquella por ti construida.

El desarrollo no tiene otra esperanza que tu despertar.

La vida nos ha prestado una pizca de talento que hoy reclama, a gritos, nuestro pueblo. En ella, ajena, nos pregunta, aquel anciano ido que ha prestado su historia y su presente, como libreto de humor para la serie envejecida de incumplidas promesas, donde mora,  y vive un pueblo que ha olvidado su presente y vendido la esperanza, rota?

Cuantos profesionales, académicos, e intelectuales, escritores, historiadores, poetas y científicos ha parido nuestra patria hatera?

Cuantos atletas destacados ha desarrollo el porvenir ajeno?

Cuantos líderes gremiales, a nivel profesional y comercial, ha dado el  territorio?

Y, el, hoy, presente,  sigue igual, y, peor que el ayer lejano y cercano.

Y, hemos migrados todos hasta la embriaguez dormida entre las horas del silencio ruido.

Sin embargo,  la miseria, y la pobreza usurera de la Patria siguen, firmes, cobrando el peaje de un futuro mejor prestado a una generación de inocentes peregrinos ciudadanos, abandonados, a toda suerte, por un estado de cosas malolientes y sin pudor que el propio Estado descuida y abandona la República un sistema de vida político partidario usurpador.

De aquella promesa, mal rezada, tan solo queda la nada desdibujada en la estela del barco donde zarpó la huella quijotesca de una Patria, de un pueblo, de una nación, de un Estado, y de un gobierno, que en cada vuelo y en el peaje retorcido un candidato, renueva con pudor prestado, en el desierto mas ajeno de responsabilidad desconocida por inventada prosa callejera, la espada para cercenarle las cabezas a quienes suenan un mejor presente, porvenir.  

Sigue en pie el concierto en re menor, partidario, de la fábrica de pobres, de pobreza y de miseria mal vestida. Cada vez más desnutridos cuelgan los hábitos de de la escuela y la esperanza mordida en la esquina prestada del silencio mudo.

Los políticos pululan como la verdolaga en el pantano de una sociedad acostumbrada a recibir, por paga democrática, una funda y tres centavos de arroz, dos cheles de habichuela y un peso de salami hambriento..

Las carreteras, tras las puertas traseras, ruedan río abajo con el lodo prometido y el olvido cansado tras los años.

Las aguas mojadas, por el tiempo pasajero, entre hojarascas y miedos, tras el verbo  subjuntivo, verbo, estercolero preñado de miseria, viajan hacia el estadio interrumpido del subdesarrollo entre la suerte partidaria arrepentida.

La vida nos ha prestado un manojo de sabiduría que hoy reclama a gritos mudos en medio de las tareas para modelar el estadio, ruptura del pasado, del desarrollo territorial a partir de las entidades entramadas a las cadenas de valor del territorio. Allí, callado, nos reclama en alta voz el porvenir presente el modelo productivo, finca (aula) agropecuario eco turístico.

Las carreteras del tiempo, sentadas en el recodo y la esperanza del camino, esperan la el porvenir estacionario de un modelo generador de riquezas, divisas, ingresos y empleos productivos.

No hay espacio para los sueños. La vida estercolera partidaria ha roto la inocencia ajena del otoño.

El desarrollo territorial no tiene espacio para otra promesa, incumplida por demás.

El desarrollo no tiene otra esperanza que tu despertar.

La vida ha puesto en nuestras manos el instrumento del cambio y espera, por nosotros, un cambio de actitud.
La aldea rural eco turística es estadio a superar. Ella espera tu despertar temprano y mañanero.

Despierta, y piensa que no hay otra esperanza mas amena que la realidad por ti construida.  El presente camina de las manos del trabajo tesonero. La vida partidaria ha sido, por demás  la ruta segura del fracaso propio por ajeno, ayer prestado. 


Hato Mayor merece lo mejor..

Despierta, pues no hay  realidad mas hermosa que aquella por ti construida. 

Miguel Angel Severino 

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Poder Contralor

Reforma del Estado Uso de fondos y participación de los funcionarios, empleados y servidores públicos La Constitución, la nuestr...