Ministerios,
estructura, tamaño, y tareas del Estado
Quien
es más grande, una hormiga a un elefante? Es posible que el presupuesto, holístico,
de una hormiga supere al de un elefante.
Esta
pregunta comporta, y soporta, más de un escenario posible. Y no es tan simple
como aparenta, ser, pues el tamaño de la hormiga y el elefante lo determinan su
dimensión física, temporal, espacial, familiar, comunidad, hábitat, y sinergias
sistémicas entre otros.
Pero,
cual será y como medir y saber el tamaño real del Estado?
La tarea pudiera no ser tan obvia como el
modelo hormiga elefante. Sin embargo nos despierta curiosidad e interés abordar
la problemática desde una perspectiva holística distinta.
En
materia de políticas públicas, la retorica internacional, se utilizan las
cuentas fiscales y las cuentas nacionales cuando de medir el tamaño del Estado,
se trata. El gasto es, la herramienta de tipo fiscal, usado para tales fines,
en tanto que la dimensión de la demanda, de parte del Estado, constituye el
instrumento de las cuentas nacionales empleada para igual propósito. Ambas tienen
como referente el producto interno bruto.
Ahora
bien, el modelo hormiga elefante por sí solo no nos dice más que la apariencia física.
Lo mismo podemos decir del gasto y la dimensión de la demanda, de parte del
gobierno, por igual, nos dan una perspectiva sesgada de una realidad que queda
en el imaginario y la presente perspectiva a discutir en el contexto.
Pues,
si bien es obvio que un elefante es más grande que una hormiga, per se, alguien
puede pretender sugerir lo contrario y asegurar, hasta demostrar que la hormiga
es más grande que el elefante. Y para ello solo es necesario crear un modelo,
escenario, que, nos, permita jugar y profundizar la teoría del caso. Una hormiga
es más grande que un elefante.
Veamos.
El
elefante, de mayor tamaño físico, vive y se desarrolla en una comunidad,
familia, más pequeña, en número, que la hormiga, la cual convive en una
comunidad integrada por millones de su especie. Tiene, la hormiga, una vida más
intensa, y de mayor movilidad que el elefante, en tanto recorre, por día, más metros
por segundos y mayor distancia. La carga que traslada es mayor en proporción a
su peso especifico, y a la vez establece una relación hormiga /hora / carga /distancia más
rentable.
Pero,
volvamos al Estado, gobierno, pues es nuestro interés desarrollar la teoría del
caso respecto a poder cualificar y/o cuantificar su tamaño real desde una perspectiva
compleja como la, propia, del modelo hormiga /elefante
La
teoría del gasto y la dimensión de la demanda del Gobierno no son suficientes
para medir el tamaño real o bien para el diseño de la estructura, funciones
/poderes, organización administrativa y el tamaño, per se, del Estado en su
conjunto.
El
tamaño del gasto no nos dice nada respecto al tamaño, real, del Estado aunque
si nos revela su voracidad fiscal, las fallas administrativas del sistema, y de
la propia estructura, de, y la administración tributaria, y por qué (¿?) decir
que no es un indicador que nos permita evaluar el sistema de planificación, de inversión
y presupuesto. De igual manera arroja datos respecto a la ineficiencia del
Estado Urbano, y las precariedades, hallazgos, en el territorio en relación a
las demandas sociales y a los niveles de falta de atención de parte del
gobierno.
Sin
embargo, y solo si y si se quiere lograr medir, de manera real, el tamaño del
Estado, el gobierno, su eficiencia, y eficacia,
hemos de partir del diseño de un modelo sistémico, dinámico, desde una
perspectiva que involucre a todos los elementos posibles entramados a dicha problemática integral
territorial.
Pero,
cuales (¿?), sugerimos, deben ser los elementos, factores, a considerar, que
permitan establecer el tamaño, en tanto diseñar la estructura, poderes,
funciones, tareas, el modelo ministerial y los sistemas administrativos del
Estado Municipal Urbano, el mercado y los agentes (empresas y familias)
productivos, el gasto público y el perfil de las inversiones requeridas para
apostar a y en favor del desarrollo a partir de las organizaciones entramadas a
las cadenas de valor agregado del territorio.
En
tal sentido hemos de partir del presupuesto teórico de los elementos
constitutivos del Estado, a saber, el territorio, la población y la soberanía. En tal sentido el modelo a presentar, para
medir el tamaño del Estado, y el gobierno, y el mercado, parte del territorio y
la población. Conocido la dimisión del territorio y cuantificada la población nos
situamos en la perspectiva correcta para definir el tamaño del Estado, el
gobierno y el mercado respectivamente.
Es
pertinente e importante saber que el Estado dominicano cuenta con un territorio
integrado por más de 48,442 kilómetros cuadrados de tierras. Sin embargo hay más
de 115 mil kilómetros cuadrados de tierras en títulos, falsos. Mas
La tierra,
un recurso productivo
La tierra es el recurso productivo más
abundante (de que dispone el Estado, el
mercado, y los agentes productivos (la Familia en especial). Sin embargo, más
del 85% la tierra con vocación agrícola y en más de un 90% de las tierras
urbanas carecen de título de propiedad, definitivo.
Esta situación, de extra legalidad,
del recurso productivo tierra, es una de las causales por lo cual tenemos un
alto % de familias pobres, miseria y pobreza, en la región este y todo el país.
La tierra sin título, de propiedad,
afecta, de manera negativa, el riesgo mercado, incide en las altas tasas de
interés bancarios en tanto constituye una traba, mas, para el desarrollo
agroindustrial en la zona rural e inmobiliario, entre otro, en la zona urbana.
El fenómeno de la falta de titulación de las tierras en unas
que otras provincias, en la región, ha hecho posible que uno que en determinadas comunidades más
del 92% de familias sean pobres, en tanto que en otras las familias pobres superan
el 86%, el 76%, y el 54%, respectivamente.
La falta de titulación de las
tierras entramada a las cadenas de valor agregado de la pobreza, la miseria y
el alto % de familias pobres, en el territorio, modelan el tamaño administrativo
del Estado, y del gasto, social, público.
Continuaremos..
Miguel
Angel Severino
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