sábado, 16 de mayo de 2015

El modelo educativo rural urbano



El modelo educativo dominicano es una relación construida a partir del aula, el alumno, el maestro, días, horas, horario y asignaturas. Y, sobre todo, asignaturas desvinculadas de las cadenas de valor agregadas del territorio, del mercado, de los agentes, de los recursos productivos, la cultura, la ciencia y la tecnología y el proceso de crecimiento y complejidad de la sociedad en su conjunto.

El modelo educativo nacional, desde la básica, secundaria y hasta la universitaria dura más de quince (15) anos  y a un costo, por alumno, superior a los tres y cinco millones de pesos.

El premio a todos estos años, de esfuerzos, y a esta inversión, en adición a distanciar el alumno del nicho familiar, es un empleo de cinco o diez mil pesos mensuales si hay dicha y fortuna en lograrlo.

Cuantos (¿?) alumnos y tiempo perdido en un modelo tardío que entrega bachilleres, técnicos y profesionales ajenos a un mercado productivo, ausente, que por igual no hemos articulados, a partir de los recursos productivos de que disponen el Estado, la familia, las empresas, clúster, y las organizaciones en calidad de agentes productivos.

El éxodo de la población rural hacia la periférica urbana, en más de un 40%, es un resultado entramado al modelo educativo y en especial al sistema productivo primario, desarticulado por el fenómeno de la falta de titulación de las tierras del Estado, los ayuntamientos y privada.

La temporalidad manifiesta en horas, horario y meses es otra trampa fatal del sistema educativo tradicional por llamarlo de alguna manera. En lo que concierne a la educación básica e intermedia y secundaria estos ciclos se imparten en un tiempo de nueves meses con unas vacaciones improductivas e innecesarias de tres meses.

El modelo de Estado urbano multiplica los errores que la falta de un sistema educativo rural urbano reproduce.

Pero como crear un modelo educativo rural urbano, y sobre todo que guarde sinergias con las cadenas de valor agregado del territorio?

La respuesta a esta interrogante nos parece el desafío a superar.

A nuestro juicio el modelo educativo territorial ha de partir y contemplar la cultura, la antropología y la historia del territorio. En un segundo aspecto el mercado, los recursos, y los agentes productivos y en tercer lugar la ciencia, la tecnología, el proceso de crecimiento y complejidad de la sociedad, las organizaciones y los objetivos pautados por el Estado moderno, municipal, ciudadano.

La educación, ya sea básica, intermedia o secundaria, debe ser continua, y con una o dos semanas de vacaciones o periodo inter ciclo o curso. De esta manera hay que homologar el modelo temporal de semestre para todo el sistema educativo, lo significa un ahorro estratégico de tiempo y recursos extraordinarios y un aprovechamiento del aprendizaje y del alumno y los docentes.

Ahora bien, pero lo más importante de nuestra visión educativa y formativa es la de hacer de la educación es construir la propuesta de Aula Empresa Territorial.

El modelo aula empresa territorial se erige un proceso educacional formativo entramado a las cadenas de valor agregado, la cultura, antropología, la historia y los cambios experimentados por las organizaciones, los sectores público y el privado, el mercado, los agentes y recursos productivos y los objetivos a cumplir por el Estado Municipal, ciudadano.

Este contexto y el propio modelo educativo rural urbano nos requiere pensar, en, un modelo curricular particular y a la vez diseñado a partir a las demandas y exigencias del territorio. Desde estas perspectivas el modelo es abierto, flexible e incluyente, a la vez que dialéctico y holístico en particular.

La educación y el modelo han de guardar sinergias con el aparato productivo (territorial), los valores Patrios, la identidad nacional (en términos históricos y culturales), la ciudadanía (en calidad de estadio superior en el contexto del Estado) y sobre la reserva y memoria ética y moral ciudadanas.

La escuela moderna ha de ser el primer eslabón de la cadena de valor agregado del territorio, el mercado y los agentes productivos: la empresa y la familia. Promover desde las aulas, el alumno y el docente la generación de riquezas, divisas, ingresos y empleos productivos ha de ser el eje estratégico de todo modelo educativo.

Volveremos sobre el tema.


Miguel Angel Severino 

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