domingo, 6 de enero de 2019

La tradición partidista, y el estadio del subdesarrollo..




Si bien es cierto que la tradición, conjunto de bienes culturales transmitidos de generación en generación (en una comunidad dada) comporta y fortalece la identidad y el legado cultural no es menos cierto que aferrarnos, como norma invariable, a las tradiciones se erige en uno de los grandes obstáculos tras el estadio del desarrollo territorial.

¿A qué viene esto?

Nos vamos a referir a unas de las tradiciones, la partidista, que, aun, en pleno siglo xxi nos quiere imponer el sistema de república:

a)      Convocar cada cierto tiempo a los ciudadanos para escoger a las autoridades por un determinado espacio de tiempo,
b)     Delegar en las autoridades la representación, ciudadana, en la toma decisional desde el Estado, el gobierno y sus instituciones
c)      Ignorar, a los ciudadanos, las autoridades durante todo el tiempo que dure el mandato
d)     Que los candidatos municipales, legislativos y a la presidencia se autoproclamen de espalda a la ciudadanía,
e)     Las autoridades electas gobiernan sin rendir cuentas y son ser sometidas a la soberanía y al poder ciudadano.


Estas tradiciones, decisionales, y sobre todo la de autoproclamarse los candidatos sin pasar por tamiz de la ciudadanía, desde el territorio, se ha erigido un obstáculo cuasi insalvable y que retrata en cuerpo y alma el estadio del subdesarrollo del modelo de república.

 Esta problemática es el primer desafío a superar por el presente, la ciudadanía activa.

No es posible dar por sentado seguir el pasado a juntillas. La tradición de aceptar como bueno y valido el que alguien se auto proclame candidato es un acto despreciable a superar.

Ese desprecio por la ciudadanía que representa la proclamación de los candidatos municipales, legislativos y a la presidencia de espalda a la ciudadanía es un acto de soberbia y rebeldía barata.

Ir tras el estadio del desarrollo territorial implica dar al traste con dicha postura, conducta, y tradición.

Lo ético y conveniente es permitir a los ciudadanos, a partir de un perfil, preseleccionar a los posibles candidatos municipales, legislativos y a la presidencia y someterlos a una agenda de consultas y conversatorios con las organizaciones territoriales, los agentes productivos (familias y empresas) y los ciudadanos en sentido general. Aquellos mejor valorados y obtenido la firma, respaldo serán los candidatos a participar en las elecciones en cada certamen electoral, valga el pleonasmo.

Hay tiempo suficiente y madurez social y ciudadana para iniciar la ruptura del modelo tradicional.

Continuaremos..

Miguel Angel Severino Rodríguez
Gobierno Ciudadano

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