Perfil del candidato,
Presidente
En
candidato es una construcción y una apuesta por la verdad ciudadana.
El
candidato es el Presidente en escena y por lo tanto es el primer producto en la cadena de valor agregado del Poder político
que culmina, su concreción, en la Presidencia de la Republica en calidad de
primer mandatario de la nación.
Ser,
sentir, vivir y actuar como Presidente, desde su interior, es vital para nidar
su figura, presidencial, en la psiquis ciudadana.
Donde
erigir el candidato, la y su figura presidencial?
Su
postura es el traje de la candidatura. Desde esta perspectiva saber en tanto
crear un modelo de buen caminar, sentarse, saludar, mirar, conversar, actuar y
jugar con la situación, en cada ocasión, comporta al candidato a la vez que
modela al Presidente y lo consagra como tal en la ciudadanía, pueblo.
Los
gestos y las palabras son detalles a cuidar y estructurar en el marco de un
libreto a definir, estudiar y aprehender y, sobre todo, ejecutar con
naturalidad.
El
candidato es un actor, de primera, y como tal tiene que conocer y enriquecer el
libreto, la escena, los actores, el público y la actuación.
La
postura correcta al caminar, y al sentarse visten de elegancia y naturalidad al
Presidente desde la candidatura.
Los
gestos, la palabra, la mirada y el discurso hablado constituyen un entramado a
desdibujar, conocer y mejorar para el libreto de largometraje de la carrera, y la
candidatura, presidencial.
El
tono de la voz, grave, se cultiva. Es necesario lograr sendas lecciones de actuación,
música, sintaxis y locución para saber y dominar el tono, el ritmo y el mensaje
del discurso a partir de la voz, la mirada, los gestos y la postura entramada
de su cuerpo sin perder de vista el escenario o audiencia sea esta formal, o en
el caso de las rutinas y conversaciones, en los encuentros del candidato con el
ciudadano en su medio ambiente.
En
cuanto al tono del discurso conviene saber que los adjetivos y las palabras que
preceden a signos de puntuación se pronuncian medio tono más bajo que el
contexto.
El
buen uso de las figuras literarias, la síntesis, la claridad, el ritmo, y los
ademanes, en el discurso hablado, son vitales para crear la marca, Presidente,
desde la candidatura en tanto conectar y erigir, en la ciudadanía, su cosmovisión
del desarrollo territorial en calidad de respuesta, veraz, a partir de la problemática
entramada a las cadenas de valor agregado del territorio.
El
candidato, y su figura presidencial, en escena, constituyen en tanto son los protagonistas
y por lo tanto todo debe girar en torno a él. Cada actor, presente, en un
evento, debe hacer del candidato su interlocutor y construir, reflejar, un
dialogo, cuando no visual, gestual, y oral entre el candidato y cada uno de los
votantes que intervienen en los actos y actividades programadas.
La
problemática, el ciudadano (su impresión), el discurso, y la figura del
candidato constituyen una construcción y un entramado donde solo dos actores,
protagonistas, en escena, los personajes de la confianza, seguridad, propiedad,
y verdad donde el voto conquistado, y reafirmado, queda como resultado concreto
de cada actividad o programa.
Es
tan vital como necesario que el candidato no puede salir de un escenario si no
ha dado, logrado, y dejado el mensaje, oral y visual, de que estuvo una conexión,
especial, con cada uno de los presentes en las actividades donde participa, el Candidato.
Por
otro lado, conocer el alcance y lugar del gesto en el discurso es fundamental,
pues en teatro hay un aforismo que sentencia que ‘’el gesto nunca dice más que
la palabra’’, corolario, y por lo tanto debe anteceder a la palabra.
No
se puede olvidar que el ritmo (las figuras retoricas, y la entonación) otorga
una carga especial de originalidad, creatividad y credibilidad al discurso.
Ahora,
si bien es cierto que el territorio marca el traje, vestir, del candidato no es
menos cierto que la problemática modela su discurso, la agenda y estrategia de
desarrollo territorial y en especial las divisas y eslogan en la contienda
electoral, y su accionar desde el Poder, una vez investido Presidente, respectivamente.
Un
apretón de manos, una mirada, un saludo, una palabra, un gesto, un abrazo, una
divisa, y un eslogan marcan la diferencia en tanto construyen la marca país y
al Presidente, ciudadano.
El
candidato, presidencial, es una construcción ciudadana.
Miguel Angel
Severino
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