Voceros autorizados del gobierno han
colocado el tema de la reforma fiscal en la palestra pública, y lo han hecho a
modo de advertencia antes el inminente colapso de las finanzas públicas, y
sobre todo preocupados porque el gobierno tal parece que se acerca a una situación
de quiebra, insolvencia financiera y/o cesación de pagos.
Pero, hagamos una reflexión.
Qué es la política fiscal? Qué sabe el
pueblo, el país, la ciudadanía cuando el gobierno habla de política o reforma
fiscal? Qué procura el gobierno al hablar de reforma fiscal?
La política fiscal es una avenida de
doble vía y cuando los conductores fiscales, presupuestarios, tributarios,
financieros, monetarios, crediticios del gobierno conducen al margen de las
normas o van y vienen en vía contraria estamos antes un eminente peligro e
irracionalidad de la gestión p públicas en manos de inexpertos y aprendices o
antes ambiciosos depredadores del mercado, el erario y las finanzas públicas.
La política fiscal es una rama de las
finanzas públicas que trata de la política del gasto público, y de la política tributaria
o de los ingresos públicos. La primera, la política fiscal, procura mantener el
equilibrio del mercado.
Ahora bien. A qué (?) tipo de reforma
fiscal se refiere el gobierno cuando invita a los agentes productivos y al
conjunto de organizaciones entramadas a las cadenas de valor agregado del territorio
a apretarse los cinturones antes la inminencia de una reforma fiscal.
Conversando con expertos, la semana
pasada, respecto a la panorámica fiscal del gobierno hemos convenido en
respaldar la intención del gobierno para el diseño y ejecución de una política fiscal.
Pero, por dónde comenzar? Por la política de gasto, pues esta es la
condicionante de la política tributaria respecto a establecer el tamaño o nivel
de los ingresos públicos. En ese sentido una reforma tributaria no es posible
si previo no tratamos, primero, la reforma fiscal del gasto público.
Sin embargo, como las pretensiones del
gobierno no son las de aceptar como prioridad trabajar en el marco de la
reforma de la política fiscal, primero, el gasto público, se advierte que las autoridades,
que ellos, tienen un interés por la reforma fiscal, en vía contraria.
Ahora bien, al país, al mercado, a
los agentes productivos, a la ciudadanía, a las familias no les conviene
transitar en vía contraria pues entraríamos en una curva peligrosa teniendo al
final, de la curva, una situación de insolvencia colectiva.
Antes la lógica del mercado se hace más
que necesario e impostergable iniciar por la reforma del gasto público en
virtud de que un Estado con un territorio que no supera los 50 mil kilómetros cuadrados
de tierra está obligado a la racionalidad administrativa territorial, política,
financiera, presupuestaria. En un
territorio tan pequeño hay 31 provincias y un distrito nacional, 155 municipios
y 238 distritos municipales. Por otro lado, hay 23 ministerios, dos cámaras legislativas,
una jurisdicción superabundante e ineficiente, y docenas de organismos innecesarios.
El país no debe tener más de 13
provincias, cincuenta municipios y cien distritos municipales y a nivel
legislativo operar con una sola cámara, de senadores.
Siguiendo la agenda e interés del
gobierno de reforma fiscal es oportuno sugerir una reforma al aparato
institucional del Estado de cara a reducir el gasto público, primera fase o
etapa para una reforma fiscal. En tal sentido entre los expertos en finanzas públicas
se habla de eliminar trece (13) ministerios. La mayoría deben ser integrados
como direcciones, o departamentos, en los restantes, ministerios. La cámara de
diputados, la liga municipal dominicana, el instituto de la vivienda, el
instituto de auxilios y vivienda, la oficina de ingenieros supervisores de
obras del Estado, el consejo estatal del azúcar, bienes nacionales deben ser
eliminados y salvo raras excepciones unos que otros fusionarlos o ubicarlos
como unidades operativas en los ministerios vinculantes.
Las corporaciones de acueductos y
alcantarillados deben pasar a ser departamentos de los ayuntamientos. Fusionar el
instituto de recursos hidráulicos con el instituto nacional de agua potable y
crear el Ministerio del Agua. De igual manera proceder con todos los organismos
de transportes a eliminar y/o fusionar, y crear el Ministerio de Transporte.
La República Dominicana es el único Estado
con dos organismos superiores de control la Contraloría General de la Republica
y la Cámara de Cuentas. Estos organismos hay que fusionarlos en la reforma del
Poder Contralor.
Qué hacer con la jurisdicción del
Estado?
Por de pronto eliminar el Consejo
Nacional de la Magistratura y reformar el Poder Judicial para que los jueces,
todos, sean electos por el voto ciudadano. Una vez electos los jueces en una
asamblea han de escoger, ellos, los funcionarios del Poder Judicial. De entrada
se hace necesario eliminar la jurisdicción inmobiliaria en virtud de que la
misma atenta contra el mercado, pues el protocolo de temporalidad hace que el
registro de un título de propiedad dure hasta diez años.
No es posible que un país carente de
un modelo productivo viable, y con pocos agentes productivos, tenga tan altos
niveles de exenciones fiscales, exoneraciones de impuestos, subsidios, erosión
y evasión fiscal. Se impone la eliminación de las exenciones, exoneraciones y
subsidios a la vez que mejorar la gestión tributaria para reducir a su minina expresión
la erosión y la evasión fiscal.
Una vez terminado con la reforma y estructuración
del Estado están dadas las condiciones para fijar la estructura y niveles del
gasto público.
En cuanto a la reforma tributaria el país
requiere, primero, resolver la problemática de falta de titulación de las
tierras (rural y urbana) creando para ello un sistema administrativo de titulación
de tierras, ventanilla única.
En segundo lugar, por el lado de la
reforma tributaria, diseñar e implementar un conjunto de políticas públicas
orientadas a lograr que el universo, posible, de las familias dominicanas se convierta
en agentes productivos. La titulación de
las tierras es el eje transversal para lograr este propósito.
En un tercer estadio se hace
necesario crear un sistema, administrativo, que permita la administración tributaria
conocer los hechos que graban el sistema tributario de cara a reducir a cero la
erosión y la evasión fiscal. Una vez logrado este objetivo, de política fiscal,
reestructurar el modelo tributario en cuanto a los tipos de impuestos y niveles
de tasas impositivas que permita al mercado y a los agentes productivos no
traspasar al gobierno el capital de trabajo vía impuestos.
Manejar en vía contraria es
perjudicial para el mercado cuando se trata de la política fiscal.
Miguel Angel Severino Rodríguez
Contador publico
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