Ante el fracaso de las elecciones el
pueblo no puede ser el único perdedor. En tal sentido el momento reclama del
liderazgo político, de los agentes productivos, de las organizaciones
entramadas a las cadenas de valor agregado del territorio, del liderazgo académico
e intelectual, y del gobierno, una reflexión
profunda y un gran sentido de responsabilidad, histórica, presente.
A la sociedad poco o mucho le importa
quién o quiénes hayan perdido, o quién o
quiénes hayan ganado. Más de seis décadas de democracia son más que suficientes
para la sociedad aprehender lecciones respecto a que cada vez hay más familias
pobres, más miseria y mayores niveles de pobreza en la zona rural, sub urbana y
urbana.
El hecho cierto de que en el Gran
Santo Domingo y las tres provincias colindantes, San Cristóbal, Monte Plata y
San Pedro de Macorís, viva más del 50% de la población del país deja mucho que
desear. Un fenómeno territorial migratorio que tal parece que escapa al olfato de
técnicos y especialistas rectores de la toma decisional a nivel político y
gubernamental.
Cómo es posible que en el municipio
de Sabana de la Mar viva en la zona urbana más del 93% de la población, y que
en Mata Palacio más del 93% de las familias sean pobres? Para citar tan solo
dos ejemplos.
Es posible que el liderazgo político,
académico, intelectual, empresarial y los técnicos del gobierno no hayan reparado
respecto a que somos un Estado que no llega a los 50 mil kilómetros cuadrados
de tierras, y tiene, conforme a los expertos bancarios, más de 120 mil kilómetros
cuadrados de tierras en títulos falsos?
Ha reparado la sociedad en que la Constitución
política carece de un Régimen Territorial, de un Régimen Jurisdiccional o Poder
Judicial, y de que el Estado dominicano opera con un solo Poder, el Ejecutivo,
en tanto el judicial se ha convertido en un subsistema político y el legislativo
en un sello gomígrafo del Poder Ejecutivo?
Ha reparado el liderazgo político en que
el gobierno, cada año, por concepto de pasivos financieros, genera una deuda
por más de 150 mil millones de pesos? Y qué ha dicho, ese mismo liderazgo, respecto
a que el gobierno pierde más de 200 mil millones de pesos, cada año, por
concepto de subsidios, erosión, exenciones y evasión fiscal? Dinero más que
suficiente para impulsar una Agenda de Desarrollo Territorial.
Sabe el liderazgo político que el
hecho de que más del 80% de los terrenos urbanos carezca de título definitivo
de propiedad crea el riesgo mercado, y este, riesgo mercado, impacta de manera
negativa en el alto costo del dinero, tasa activa de interés bancario? Igual
sucede con las tierras con vocación agrícola en la zona rural del país en que más
del 86% carece de título definitivo de propiedad.
El mercado y el sistema capitalista
descansan en el principio, doctrina, de la propiedad privada, el cual esta
entramado al título de propiedad del recurso productivo tierra. Podíamos reseñar
docenas de problemática, mas, que afectan al mercado, a la familia, a los
agentes productivos, y a las organizaciones empresariales y todo el sector
privado.
Sin embargo, antes tales males, sin
precedentes, por los que atraviesa el Estado y toda la sociedad, la ciudadanía espera
que la oposición y el gobierno den una lección de civismo, y por vez primera,
sin importar el color de la victoria o los colores de la derrota, dejando de
lado esta perspectiva mezquina, por demás, y
convocar al liderazgo académico e
intelectual, empresarial adjunto a los técnicos de los partidos y del gobierno con
miras presentar a la nación un borrador, temático, para la firma de un
Protocolo o Pacto para la Gobernabilidad Ciudadana.
Este Protocolo o Pacto por la
Gobernabilidad Ciudadana debe incluir la Agenda de Desarrollo Territorial diseñada
a partir del estudio de la problemática territorial que afecta al mercado, y a
los agentes productivos.
Por otro lado y al margen de las
debilidades, éticas, respecto a las pasadas elecciones y de que los partidos
advertidos, con tiempo, no pudieron prever u organizar un protocolo para
identificar, evaluar, documentar y soportar los posibles hallazgos, fraudes,
durante el proceso electoral no puede el país, por ello, luego de pasado el
tiempo hábil, prolongar la inercia y poner en riesgo el mercado y el concierto
de relaciones que ello implicaría en perjuicio para la sociedad productiva de
la nación.
A modo de sugerencia varios
intelectuales nos han sugerido temas relevantes a ser insertados en la posible agenda
para la firma de un Protocolo o Pacto para la Gobernabilidad y que son entre
otros nos menos importante, la reforma del Estado (Jurisdicción, el Poder Contralor, el Poder Electoral,
Poder Municipal, Régimen Territorial, interdependencia real de los poderes
del Estado), la reforma de los sistemas
administrativos, ministerial, municipal y legislativo y la de crear un sistema
administrativo de titulación del recurso productivo y no jurisdiccional como
sucede en el caso de la Jurisdicción Inmobiliaria responsable de la entropía territorial
del país.
El país no gana con los ganadores, ni
pierde con los perdedores. El país gana cuando todos nos involucramos en la
agenda del desarrollo territorial, la cual debe ser la prioridad de políticos,
partidos, el gobierno y el sector privado.
El Pacto para la Gobernabilidad
Ciudadana es la única salida antes la potencial crisis de gobernabilidad que el
liderazgo político va tejiendo e imponiendo al país a partir de sus propios
errores.
El gobierno y la oposición están compelidos
a convocar a la nación a la Unidad posible a partir de la integración de los
sectores dispersos y alejados por el quehacer partidario en el marco de la construcción
y diseño de las políticas públicas, el plan, los perfiles de propuestas y
proyectos, la agenda de desarrollo territorial y la estrategia para su implementación.
Toca al gobierno brindar una rama de
olivo a la oposición y, sin alterar el sentido moral, ofertar la presidencia de la Cámara de
Diputados, y escoger, de manera conjunta, los integrantes de las Alas Cortes,
el TSE, la JCE y la Cámara de Cuentas con ellos, y con la participación de las
universidades del país, y los gremios profesionales y empresariales
El país es de todos y a todos nos
pertenece.
Miguel
Angel Severino Rodríguez
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